Cómo evitar la proliferación de la legionela en octubre

En el mes de octubre no hay que bajar la guardia ante la proliferación de la bacteria de la legionella. Unos días de temperaturas más frescas seguidas del típico “veranillo del melón” supone volver a encender equipos que ya se había apagado para, en teoría, no volver a utilizarlos hasta el próximo verano. Volver a ponerlos en funcionamiento sin el mantenimiento adecuado y necesario puede desencadenar en la aparición de brotes

El riesgo de tener un equipo de climatización, sea una torre o un condensador, fuera de funcionamiento durante días o incluso semanas, y en la mayoría de los casos sin vaciar completamente su circuito de agua, genera un gravísimo problema de proliferación de la bacteria. En esta situación, la bacteria dispone de alimento (acumulación de suciedad durante el periodo en el que el equipo está detenido), así como de una temperatura óptima y de tiempo suficiente (el agua del circuito suele estar estancada y no se recircula) para multiplicarse hasta niveles infectantes para el ser humano.

Recomendaciones de Anecpla para evitar la proliferación de la bacteria durante los meses de septiembre y octubre:

– Vaciar completamente el circuito del equipo, no solo la bandeja de condensación del mismo una vez el equipo deje de usarse.

– Llenar la instalación con agua limpia antes de comenzar las tareas de mantenimiento previo a su puesta en marcha.

– No volver a poner en marcha la instalación sin informar previamente a la empresa que esté contratada para realizar la prevención y control de legionella.

– Coordinar con nuestra empresa de prevención y control de legionela la realización de una limpieza y desinfección de la instalación previa a su puesta en marcha.

– También debe hacerse una limpieza y desinfección de todo el sistema antes de su puesta en marcha si el equipo ha estado parado de manera continuada más de un mes (aún con el circuito vacío) o ha sufrido reparaciones o modificaciones importantes.

– Asegurar que la instalación tenga sistemas que eviten la generación de microgotas superiores a las 5 micras para evitar, en caso de agua contaminada, su dispersión al ambiente.

– Poner en marcha todos los equipos de mantenimiento anexos a la instalación (como purgas automáticas de conductividad, dosificadores de biocida en continuo, sistemas de desinfección mecánicos o biológicos, etc), comprobando su correcto funcionamiento para que asegurar la calidad del agua y eviten la proliferación de la bacteria.

– Asegurar los niveles de recomendados de los parámetros que ayuden a eliminar o controlar la presencia de la Legionella (residual de biocida, temperatura, conductividad y dureza del agua,…) antes de poner en marcha la instalación.

En definitiva, los sistemas de pulverización/nebulización de agua deben cumplir con un mantenimiento sanitario periódico, que debe velar siempre por el correcto funcionamiento: revisión y limpieza mensuales de los filtros,  bombas, conducciones, etc.; revisión, limpieza y desinfección mensual de las boquillas pulverizadoras y, en caso de disponer de depósito o bandeja de agua, limpieza diaria. El control es la principal medida de prevención.

 

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