García de Vinuesa, interiorista: «Los proyectos de hostelería son mucho más enriquecedores»

Garcia de Vinuesa
Ignacio García de Vinuesa.

Por Clara Román

El diseñador de interiores Ignacio García de Vinuesa lleva una larga y completa trayectoria a sus espaldas que le convierte en uno de los diseñadores mejor valorados del momento. Durante su carrera, García de Vinuesa ha tocado todos los palos en diseño de interiores y, tras una consolidada experiencia, el profesional afirma que el diseño de locales de restauración es lo que más disfruta por ser lo que más repercusión social tiene y donde más se puede innovar.

Hace unos meses, el diseñador regresó a España para trabajar en el nuevo local de Salvaje, ubicado en Barcelona, que ya está inaugurado. Hemos hablado con él sobre su manera de entender el interiorismo, su modo de trabajo y muchas cosas más.

¿Cómo y cuándo decidió ser diseñador de interiores? ¿Cómo empezó su carrera?

Realmente estudié Arquitectura, pero la vida me llevó a diseñar interiores. Cuando terminé mi carrera estaba haciendo sobre todo adosados y un par de edificios y, de repente, llegó Thai Gardens, un proyecto fantástico que me hizo meterme en este mundo.

¿Qué le aporta diseñar interiores de restaurantes?

A lo largo de mi carrera ha sido, primero, lo que me ha mantenido y, segundo, lo que me ha hecho disfrutar de una calidad de vida estupenda. Puedo decir que el hacer restaurantes es lo que más me llena porque es rápido y muy efectista y además siempre he dicho que es lo que más repercusión social tiene. Al fin y al cabo, en las viviendas solo viven sus dueños y las ven sus amigos y familiares; en los hoteles tampoco pasa tanta gente por el tamaño que tienen y generalmente son turistas que vienen de fuera. Sin embargo, por los restaurantes pasa toda la sociedad, los que están de visita y los locales, y eso da una repercusión mediática brutal.

¿Qué diferencias encuentra a la hora de diseñar espacios para otros sectores o incluso clientes particulares?

Debo decir que no es que yo haya intentado siempre hacer solo restaurantes y hoteles; son los propios clientes los que nos han elegido. Pero reconozco que también he evitado mucho el interiorismo de viviendas porque lleva mucho más tiempo; es más complicado y lento y, en definitiva, siempre me ha parecido que los proyectos de hostelería son mucho más enriquecedores. Además, el cliente te deja hacer más locuras que en su casa.

¿Dónde encuentra la inspiración a la hora de diseñar?

Eso lo tengo muy claro; siempre, desde pequeño, en todos mis viajes he ido aprendiendo y observando lo que me rodeaba y todas esas cosas se han ido acumulando en el cerebro. Mis padres fueron muy viajeros y en esas travesías se fue formando mi cabeza de arquitecto; con los años he ido viajando cada vez más y, sobre todo, lo he hecho con más calidad, en el sentido de que ahora evito los viajes exprés de dos días y hago viajes largos porque puedo trabajar en cualquier sitio y disfruto y aprendo mucho más del lugar que visito. Me muevo mucho también para ir a ferias, me encantan y creo que es uno de los escenarios donde más aprendes porque es donde captas las tendencias. Y por supuesto aprendo visitando hoteles y restaurantes por todos lados, hasta en Instagram.

Garcia de Vinuesa Lola
Restaurante Lola.

A lo largo de su carrera, ¿Cómo ha variado su estilo? ¿Se ha visto influenciado por las tendencias en el sector?

No demasiado, yo siempre he sido muy ecléctico. Creo que hemos hecho cosas totalmente diferentes en un mismo momento de mi carrera, desde lo más minimal hasta lo más maximal, fuera de la moda del momento. Siempre me ha gustado hacer cosas diferentes sin seguir tanto las tendencias y por eso hemos hecho locales que han durado décadas y que siguen estando bien precisamente porque nunca he sido muy seguidor de lo superúltimo. Solo hay que guiarse por las tendencias en cosas que se puedan después cambiar fácilmente, como un cojín o una cortina, para poder ir adaptándose al momento.

¿Cómo se siente más cómodo: diseñando espacios grandes o más reducidos?

Los espacios grandes son más lucidos y no creo que a nadie le guste diseñar pequeños; si se puede diseñar a lo grande, ¿para qué hacerlo en pequeño?

¿Con qué materiales le gusta trabajar?

Siempre he intentado utilizar elementos naturales o elementos naturales que la tecnología transforma en algo aún más bello, pero evitando los materiales artificiales. He sido ecologista de espíritu antes de que ese término se pusiera de moda; nunca en mi vida he puesto un material que parezca algo pero no lo es, eso lo odio.

¿Cuál ha sido su proyecto más difícil? ¿Y el que más le ha marcado?

Pues tengo que volver a Thai Gardens porque fue el primer restaurante grande que he hecho en mi vida y fue en un local complicado, con una normativa bastante difícil y en un tiempo récord. Me obligó a estudiar muy bien qué es un restaurante y cómo funciona y aprendí el que todo tiene que ser durable porque la gente lo destroza. Fue un máster impagable.

¿Cómo le ha afectado este tiempo de pandemia?

La verdad que no me puedo quejar. Justo cuando empezó la pandemia me hicieron el encargo de continuar con la imagen de los restaurantes Salvaje por todo el mundo y me salieron también los proyectos de dos casas fabulosas de dos amigos míos. Lo cierto es que no he parado en toda la pandemia, he trabajado incluso más que antes porque he tenido más tiempo.

Garcia de Vinuesa Salvaje
Restaurante Salvaje.

¿Cómo ve el futuro del interiorismo de restaurantes?

Yo creo que ahora mismo los restaurantes son el escaparate de por dónde va a la moda del interiorismo a nivel mundial y van a seguir siéndolo durante mucho tiempo por lo que decía antes, que son espacios que utiliza todo el mundo. Pienso, sin ninguna duda, que en España somos de los mejores haciendo interiorismo, aunque en Asia, en general, hay gente fabulosa, muy sofisticada y que gasta mucho dinero por metro cuadrado y es allí donde están saliendo ahora los proyectos más espectaculares.

¿Qué consejo le daría a una persona que está formándose como interiorista y quiere empezar a trabajar de ello?

Mi consejo es que hagan lo que yo hice: trabajaba 14 horas diarias al principio. No solo tenías que estar sentado en la mesa de tu oficina decidiendo planos o buscando cosas, sino que, además, y lo más importante, tienes que salir a la calle a buscar clientes. A eso hay que dedicarle mucho tiempo.

 

Imágenes cedidas: Acción y Comunicación.