El desafío de instalar una cocina en espacios singulares

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Alinea, proyecto de Kitchen Consult.

Cuando de lo que se habla es de cocinas en espacios singulares (grandes superficies o muy pequeñas, concentraciones no sedentarias, etc), tanto los fabricantes de equipos como los instaladores y distribuidores de los mismos tienen ante sí un importante desafío. En este reportaje hablamos de los instaladores y como responden a este reto desde la parte que les toca.

Texto: Ana I. García 

Pero también hemos recurrido a algunos instaladores, distribuidores de maquinaria para hostelería para que nos aporten su punto de vista sobre lo que supone encargarse de un proyecto que tiene mucho de especial. A la palestra saltan entonces aspectos como espacios reducidos, tiempos y funcionalidad.

Porque son proyectos que, como afirma Raúl Iván Fernández Alcalde, director general de Kitchen Consult, «Son un reto, porque no hay dos locales iguales y cuando se trata de espacios con requerimientos especiales es un aliciente. En nuestro caso, hemos montando muchos foodtrucks para eventos como MadrEat (del que éramos proveedores oficiales), montamos las cocinas de Masterchef en exteriores y en la zona de producción del plató (también somos proveedores oficiales)».

Pero, aunque parece claro que este tipo de ubicaciones supone un desafío para el instalador, lo que también lo es, es que en las mismas éstos tienen que superar varias pruebas, como la de, por ejemplo, Los instaladores que trabajan en espacios singulares tienen el reto de encajar en el espacio del que se cuente todo el equipamiento que el cliente les pida.

«Y un equipamiento acorde al volumen de comidas que se vaya a dar», dice Ignacio Aicart, director comercial de Ibertrasa, que añade, «que sea potente, ágil y acorde con el volumen de clientes que el restaurador prevé tener. Y no solo acorde con ese volumen de clientes, sino que además garantice la calidad de esa oferta».

Encajar el equipamiento requerido

«Por ejemplo los foodtrucks tienen medidas y espacios distintos, y muchas veces es un reto hacerlos funcionar al tiempo que al trabajador se le ponen las cosas sencillas para que desarrolle su labor profesional en ellos», manifiesta Ignacio Aicart. «Si uno quiere especializarse en este tipo de proyectos lo que tiene que tener también es mucha capacidad de adaptación».

El desafío de instalar una cocina en espacios singulares
Equipamiento de cocina en un foodtruck de Seth Projects.

«Cada instalación tiene sus peculiaridades, no solo las que de por sí lo son», afirma por su parte Juan José de Santos, Área Manager de SERHS Equipment. «Porque realmente, tanto en las instalaciones más estándar como en las que se realizan en espacios peculiares, hacen falta las mismas cosas: zona de preparación, de lavado, de gestión de residuos; se vende, se cobra… y en todos ellos hay que cubrir esas necesidades de trabajo. Pero en este tipo de espacios más peculiares, es esencial consensuar más con el cliente, implicar más al cliente en el proyecto, y darle con él las vueltas que sean necesarias».

Un aspecto en el que Raúl Iván Fernández de Kitchen Consult se muestra completamente de acuerdo y apostilla que «En estos proyectos trabajamos codo con codo con ellos (el cliente final), para que el resultado sea el esperado».

Lo que sí es importante, completa De Santos «es que en estos espacios de un vistazo se puedan identificar necesidades concretas».

«En estos proyectos aumentan las opciones», responde Juan José de Santos, que añade que «En los foodtrucks hay que buscar el encaje en los espacios muy pequeños, donde también entra en juego el factor diseño y el alto rendimiento. Máquinas muy rápidas, con niveles de acabados muy homogéneos y procesos muy cortos. Pero en ningún caso hay que caer en la tentación de pensar que puede servir un aparato de uso doméstico, que son más pequeños».

Trabajo contra reloj

Uno de los desafíos recurrentes de este tipo de proyectos es el tiempo. Algunos de ellos son de duración limitada –festivales, eventos-, con plannings muy concretos que ponen a prueba la profesionalidad del instalador.

«Se trabaja contrarreloj y adaptándonos a cada cliente, una vez está el trabajo hecho y vemos la satisfacción de nuestros clientes ésta es la mejor contrapartida», dice Raúl Iván Fernández. «Entre otros proyectos efímeros, Kitchen Consult fue la empresa encargada de diseñar y equipar las cocinas para chefs de talla mundial como Grant Achatz, Nacho Manzano o Mauro Colagreco. Aunque sea un proyecto efímero el comensal tiene que sentir las experiencias que estos grandes chefs son capaces de crear, para ello necesitan trabajar cómodos, y por ello confían en nosotros».

El desafío de instalar una cocina en espacios singulares
Uno de los desafíos recurrentes de este tipo de proyectos es el tiempo.

Y no solo la profesionalidad, sino la capacidad de encontrar el equipamiento adecuado, teniendo en cuenta que éste va a usarse durante un periodo concreto. Casos en los que Juan José de Santos explica que «suele reutilizarse maquinaria, porque no tiene sentido que sean máquinas nuevas en proyectos perecederos. Por eso, también es habitual que este tipo de proyectos te los encargue alguien que ya es cliente tuyo, que confía en ti; que ya les has montado cosas en otros sitios. De hecho, por ejemplo, en las ferias tenemos un sector de alta fidelización».

¿Qué provoca esto? Que se originen relaciones a muy largo plazo entre el instalador y el cliente. «Porque estas gestiones están muy especializadas; se da un servicio muy amplio que requieren muchas horas de trabajo, diseño, montajes… en definitiva, mucho servicio. Los márgenes de venta de las máquinas tampoco son tan amplios, teneniendo en cuenta al personal que hay que pagar en estos proyectos. Por eso se requiere un alto porcentaje de fidelización, o que te referencien mucho»

Se multiplica la inversión

Relaciones largas, pero también instalaciones en las que se multiplica la inversión en gran parte de los casos, dicen algunos de los instaladores consultados. Y no precisamente en aquellas en las que el espacio sobra, sino en las más pequeñas.

«Son los espacios pequeños los que suelen ser más caros porque hay que tener en cuenta que todo el mobiliario ha de ser a la medida: el acero, los muebles de frío, etc. Y eso también significa que tienes que ‘romperte la cabeza’ en la fase de diseño».