El minimarket, un sector que crece a golpe de franquicia

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Del carro a la cesta de la compra. Esta fue la decisión que tomaron las familias españolas al inicio de la crisis y que ha supuesto un cambio en el modelo de consumo: de los hipermercados a la tienda de proximidad o al minimarket en el barrio. Un sector en auge, en parte, gracias a la proliferación de franquicias, lo que supone una gran oportunidad de negocio para el sector del frío. A la hora de abordar este tipo de instalaciones es fundamental conocer la normativa y las novedades en eficiencia.

Las franquicias de supermercados y alimentación son las que mayor volumen de facturación han experimentado en 2015, alcanzando los 6.144 millones de euros sobre los 18.667 totales del sector, un 33 % del total, según los datos presentados por Tormo Franquicias Consulting en el ‘Informe de la Franquicia 2016’. Un crecimiento basado en el cambio en el modelo de compra de las familias española: tienda de proximidad, precios bajos, marca propia y descuentos que premian la fidelidad de los clientes. Cadenas como Carrefour express, Eroski o Dia son algunas de las cadenas que se extienden en formato minimarket.

Con un volumen de inversión inversión de 2.151 millones de euros, el sector está formado por 54 marcas que suman 9.053 unidades de negocio, que generaron 103.437 puestos de trabajo.

Las dimensiones de este tipo de establecimientos oscilan entres los 100 y 750 m2, aunque esta cifra varía en función de las características propias de cada franquicia o del propietario si es un establecimiento independiente.

Necesidades energéticas
A la hora de abordar la instalación de una tienda de proximidad lo primero que hay tener en cuenta son las necesidades energéticas del proyecto. Según los expertos, la refrigeración representa un 45-50% del consumo energético de un supermercado, la climatización un 20-25 %, dependiendo mucho de la zona geográfica, la iluminación un 15-20% y otros equipamientos un 10-15%.

La refrigeración de vitrinas expositoras, armarios mostradores o congeladores supone el mayor gasto energético de este tipo de instalaciones, por lo que es vital ofrecer un diseño de las instalaciones contemplando el marco normativo y estudiar los costes operativos de la instalación durante toda su vida útil y no solo el coste de la inversión inicial.

Existen dos soluciones para obtener las necesidades energéticas de cualquier proyecto: sistema central o autónomo, ambas tienen ventajas e inconvenientes, y un denominador común: la normativa sobre gases fluorados, que ha supuesto un cambio drástico en el diseño de las instalaciones. La ley 16/2013 establece fuertes tasas a nivel nacional sobre los gases fluorados en función de su Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA), así como la progresiva implantación de la F-Norma Europea.

Decidir cuál es el sistema más adecuado para nuestra instalación será el primer paso para garantizar tanto el cumplimiento de la normativa como el ahorro en gasto energético. Para el fabricante de vitrinas Comersa, la maquinaria de refrigeración y congelación genera temperaturas bajas en la cámara, pero hay componentes que alcanzan temperaturas elevadas, ya que se calientan para compensar las bajas temperaturas: «como es lógico, esta fuente de calor reducirá la eficiencia energética de la máquina en cuanto más cerca esté a la misma, puesto que no se da el mismo consumo energético de un aparato en una temperatura ambiental de 30 ºC que el que se da del mismo aparato en un ambiente a 40 ºC», señalan.

Equipos autónomos

La empresa instaladora Frivegar recomienda instalar equipos autónomos para instalaciones comerciales de pequeña y mediana potencia con refrigerantes de bajo PCA: «de esta forma obtenemos instalaciones eficientes y seguras, con un reducido impacto ambiental en caso de fuga».

En el extremo opuesto se posicionan desde la empresa Ecliman, perteneciente al grupo Frigicoll: «los equipos autónomos no presentan estos inconvenientes pero, en cambio, son mucho más ineficientes y ruidosos, llegando a ser molestos para los clientes de la tienda. Además, expulsan todo el calor de la instalación frigorífica dentro del establecimiento. Esto obliga a sobredimensionar el aire acondicionado para mantener la temperatura de confort de la sala de ventas».

Instalaciones centralizadas

«Las instalaciones centralizadas poseen muchas ventajas en cuanto a reducción de equipos mecánicos y ahorro energético, pero la cantidad de gas refrigerante que necesitan para su funcionamiento es elevado y las fugas pueden ser muy cuantiosas», afirman desde Frivegar, que nos recuerdan que es tan importante la elección del sistema, como los equipos del establecimiento. «Una fuga de 100 kg. de gas R-404-A, solamente en tasas estatales supone aproximadamente 5.000 €. La misma fuga con refrigerante R-134a, tiene un coste en tasas de 1.716 €, por lo que en la actualidad es muy importante seleccionar adecuadamente los equipos frigoríficos y los gases refrigerantes con los que trabajan».

Si se opta por un sistema central hay que reservar un espacio importante destinado a sala de máquinas de al menos 10 m2 o más, si el condensador debe montarse también en esta sala por no disponer de una ubicación exterior. Idealmente, el condensador debería instalarse en el exterior, para lo que hay que dedicar un espacio en un patio o fachada.

La necesidad de espacio se minimiza con los sistemas autónomos ya que no se requiere sala de máquinas ni un condensador exterior. A cambio, habrá que considerar un equipo de climatización mayor, con mayor requerimiento de espacio y, por supuesto, consumo más elevado.

Mantenimiento de los sistemas

El mejor mantenimiento comienza con una selección de equipos y componentes de la instalación frigorífica de calidad contrastada, complementado con una buena ejecución de la instalación. Partiendo de estas premisas los problemas que pueden presentarse en una instalación a lo largo del tiempo serán mínimos. Los equipos frigoríficos están diseñados para trabajar 24 horas al día, durante 365 días al año, por lo que son sumamente robustos.

No obstante todos los componentes mecánicos sufren desgaste y necesitan unas operaciones de mantenimiento preventivo para trabajar en su punto óptimo. Un condensador sucio, puede incrementar hasta un 30 % el consumo eléctrico de la instalación, aparte de favorecer posibles averías mecánicas y eléctricas.

Por último, es fundamental garantizar una asistencia rápida en caso de avería, ya que son múltiples los inconvenientes que pueden sufrir los clientes si tienen una cámara o vitrina expositora fuera de servicio. Por lo que la recomendación es escoger empresas con una amplia plantilla de técnicos experimentados, que conocen a la todas las instalaciones que realizan.

Consulta el reportaje completo (normativa, impuestos, propuestas de los fabricantes, etc.) en el número 210 de Mab Hostelero.

1 COMENTARIO

  1. Deseo conocer a cerca franquicias de minimarket para instalar en la costa en un sitio muy turístico y Parque Nacional en Ecuador.
    Ademas, si se podria adquirir una buena franquicia para ecuador, si fuese posible me gustaría conocer todos sus requisitos, condiciones, y costos.