Repagas, una «nueva» empresa

La veterana empresa REPAGAS ha emprendido un profundo cambio que afecta a su mismo ADN, esto es, el sistema de fabricación de maquinaria, pero es que además se han mudado a unas nuevas oficinas, han cambiado el sistema de trabajo y el sistema de venta, tienen una nueva imagen de marca, han formado a su personal… En definitiva, estamos ante una nueva empresa en la que únicamente se mantienen las bases de profesionalidad y calidad.

Su director comercial, Sergio Isabel, explica paso a paso el proceso, en una entrevista que se publicará íntegra en el número 205 de MAB HOSTELERO.

—¿En qué momento se plantea la dirección de la empresa que hay que hacer un cambio?

—Quien más quien menos ha cambiado estos últimos años y creo que la mayor parte de la gente está tomando de referencia «la época de la crisis» como justificación para este cambio; en 2007-2008 empezó a dejarse notar pero nosotros, antes de que llegara, teníamos ya una serie de proyectos de renovación importantes que sobre todo afectaban a producto puesto por aquel entonces ya se venía trabajando en el desarrollo de las nuevas series. No obstante sabíamos que el cambio no iba a ser menor porque aparte del diseño, la imagen corporativa y otros asuntos que eran más bien consecuencia de ese cambio, lo que era el producto en sí, ya en 2006 teníamos claro que no sabíamos cuándo, sin prisa pero sin pausa, habría que ir renovándolo todo. Nuestras gamas del 2000 fueron un éxito rotundo en el mercado y 5-6 años más tarde era el momento de volver a dar un golpe en la mesa.

Además del cambio de producto había otros aspectos que a lo mejor podíamos haber hecho de manera más pausada, que no eran prioritarios, como el traslado de oficinas o el propio cambio de imagen de marca, pero al final se decidió tirar para adelante todo a la vez y a partir de 2007-08 realmente ya empezó a cobrar impulso. Empezamos a diseñar, primero el producto, después a coordinar que cambiase el producto a la vez que la imagen y, después de que cambiase el producto acabado que además cambiara la manera de fabricarse ese producto. Y no quiero olvidarme de la modificación de la planta de fabricación así como del traslado del personal a unas oficinas nuevas y unificadas.

—Explíquenos un poco más ese primer paso, el que afecta al producto

—Repagas tenía un producto que se fabricaba de una manera, nosotros la llamábamos «completa», que nos limitaba en cuanto a las opciones que teníamos en la calle, a oferta de producto. La posibilidad de tener más cartas pasaba por que nuestro producto fuera más versátil, más combinable. Sin dejar de ser el mismo producto, ahora se multiplica en cuanto a las opciones que ofrece y las combinaciones posibles.

Un cambio que afecta a todos

—¿Cómo está afectando a todos los departamentos de la empresa?

—La primera consecuencia de cambiar todo nuestro sistema de fabricación es que el sistema de stockaje pasado deja de ser la piedra angular de nuestros pedidos. Por otro lado, queremos ampliar todo el tema de producto, tener cada vez más, y tampoco se puede hacer todo a base de stock; tienes que encontrar un sistema de fabricación que facilite el equilibrio entre no irte a unos plazos muy largos y que a su vez te permita crecer en cuanto a oferta disponible, y así poder combinar más, meter más producto, ampliar mi tarifa… etc.

Todo esto supone lo primero centrarse en la fabricación. Antes desde que se ponía el primer tornillo hasta que se ponía el último, una orden de fabricación de un equipo, tantas unidades como tuviera la serie, se lanzaba y se cerraba y era producto terminado almacenándose tal cual. Ahora seguimos almacenando mucho material pero no es terminado, es semiterminado. Almacenamos estructuras que ya están hechas y que luego son combinables para lo que sea, componentes que sí que están terminados pero que por sí solos no son un aparato listo para su venta. Almacenamos estructuras de encimeras que están semiterminadas a un 75% y luego ya el 25% restante se hace dependiendo del acabado que quiera el cliente.

Todo esto, evidentemente, afecta al enfoque y al sistema de venta, que se ha tenido que replantear desde el mismo inicio del proceso de la venta, que es la comunicación de los plazos de entrega a la calle.

Es complicado, porque la gente no lo entiende, el cliente sólo entiende que no está el producto allí donde siempre había estado y entonces la primera idea que trasciende es que Repagas está mal, que en la empresa las cosas no funcionan, etc. Si además coincide con una época de relevo generacional ya sabes hacia dónde apuntan todas las miradas y comentarios pero… Luego haces las visitas, traes a la gente, le enseñas el producto, le enseñas los cambios y entonces sí que entienden que la magnitud del cambio es muy seria además de necesaria si quieren que sigamos creciendo juntos.

—¿Qué falta para acabar este proceso?

—A día de hoy, en 2015 lo que faltan son las herramientas informáticas, tecnología, aunque ya hemos empezado la formación de la nueva ERP. Nos falta la agilidad que eso nos va a dar, porque vamos a tener, para empezar, muchísimos más datos que al final te posicionan mejor. También el año que viene hay una cosa importante; ahora se acaba de publicar nuestra nueva tarifa, nuestra principal herramienta de trabajo.

 

La entrevista íntegra podrá leerse en el número 205 de MAB HOSTELERO.