«A esta silla de ruedas se le pueden dar órdenes a través de parpadeos,
del movimiento de los globos oculares o, incluso, por señales
cerebrales», comentó Freire. Así, en función de los movimientos que
realice el usuario, la silla se moverá en una u otra dirección.
Teodiano Freire explicó que la última novedad que aporta esta silla es
que tiene «un sistema de comunicación a bordo, una PDA, que expone
símbolos representativos e iconos de sentimiento». De esta manera, el
usuario puede seleccionar, a través de parpadeos o movimientos de
cabeza, los iconos que representan lo que está sintiendo en ese
momento: calor, frío o señales biológicas como la necesidad de ir al
servicio.
Incluso puede determinar, si, por ejemplo, la silla se encuentra en una
casa, hacia donde quiere ir. Es decir, en la PDA se encuentran fotos de
las distintas habitaciones y a través de los movimientos anteriores
seleccionar hacia dónde debe moverse, «aunque si la persona se quiere
detener, siempre tiene el control del sistema», apuntó.
El científico brasileño aseguró que, aunque «cuesta muchísimo que estos
proyectos lleguen finalmente al mercado», el mecanismo que permite
moverla a través de los movimientos de cabeza sería el que beneficiaría
a un mayor número de personas.
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