La OMS recomienda entre 8 y 10 por cada mil habitantes.
En el resto de las Comunidades Autónomas la situación es «ligeramente mejor» con un índice de 3,8 camas por mil habitantes. Otro problema es que, en Madrid, las camas de larga estancia (crónicos y geriátricos) son «muy escasas» con un índice de 0,4 por mil habitantes, frente a 4,2 en el resto de las CCAA.
Otros problemas detectados son: la escasa capacidad resolutiva de la Atención Primaria, consecuencia de la falta de médicos, y las limitaciones en el acceso a pruebas necesarias para completar el proceso diagnóstico en los centros de salud, lo que obliga a enviar a los pacientes al nivel especializado.
Por otro lado, el gasto sanitario en Madrid está a la cola de las CCAA, así como su crecimiento medio desde 1999 (en los presupuestos de 2008 es la CCAA con menor crecimiento y la penúltima en gasto sanitario per capita).
Así, los colapsos de las urgencias tienen que ver con un bajo nivel de gasto sanitario público de nuestro país, con un 5,8% del PIB, frente a 7,2% de la Unión Europea.
Todo ello viene agravado a causa del incremento de la demanda de hospitalización del 6,5% en los últimos años y de las urgencias en un 17,4% por parte de la población, debido al envejecimiento y a la llegada de inmigrantes.
