Cocina sin humos: beneficios tangibles para tu negocio

Cocina sin humos: beneficios tangibles para tu negocio

Todo negocio de restauración debe estar regulado y cumplir con las normativas referentes a las salidas de humos en sus locales, de este modo se garantiza la calidad del aire y por ende la seguridad de sus trabajadores y clientes dentro del establecimiento.

El principal problema que nos podemos encontrar en un local que realiza actividades de cocinado o elaboración de alimentos para su venta es que no cuente con salida de humos o campana de extracción.

En este artículo, elaborado por QualityFry, te contamos algunas razones para implementar una cocina sin humos en tu restaurante.

Ventajas del equipamiento que no necesita salida de humos

La instalación de salidas de humos ya no es un elemento limitante para que bares, supermercados, gasolineras, tiendas de conveniencia, foodtrucks, hoteles, entre muchos otros tipos de espacios gastronómicos funcionen con éxito sin cocina utilizando maquinaria automática y eficiente que no emite humos ni olores.

Estos son algunos de los beneficios que puede traer a tu cocina implementar equipamiento sin emisión de humos.

Reduce los riesgos en la inversión inicial

Prescindir de campana extractora para iniciar un nuevo negocio de hostelería es una enorme ventaja a la hora de tomar decisiones al inicio de un proyecto.

Sin grandes reformas en cocina y sin problemas con la licencia de actividad (al no emitir humos ni olores) los pasos más importantes están dados para que el negocio

De esta forma, nuestros actuales clientes con modelos de negocio que van desde un bar de tapas como 100 Montaditos, supermercados como Mercadona, Carrefour, Monoprix, Gasolineras como Shell, Croqvert, hoteles como Ibis y muchos más, todos, son viables con sólo enchufar cualquier modelo iQ de QualityFry.

Reduce los gastos globales

Con esta freidora se pueden estandarizar y automatizar los procesos, lo que facilita un mejor control del servicio. Al ser una máquina de fritura cerrada y compacta, sin pérdidas de calor, reduce el consumo eléctrico en un 24% con respecto a una freidora tradicional.

Además, mediante la correcta eliminación del vapor de agua producido durante el proceso de fritura y la reducción del contacto del aceite con la luz y el aire, prolonga la vida del aceite y asegura su calidad.