Mantener la identidad sin convertirse en una opción más, el gran reto

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Un artículo de Sergio Isabel, director comercial de Repagas. 

Durante las últimas tres décadas este ha sido un sector que no ha dejado de avanzar. Hemos pasado de tener una restauración clásica y lineal, que sigue existiendo y teniendo su público, a una oferta de producto mucho más grande, organizada y segmentada en la que la rapidez, las experiencias y el precio compiten por ser la elección deseada. España, un país con tradición y cultura culinaria propias como ningún otro, ha absorbido todo esto y dado espacio a cualquier negocio que ha querido aportar diferenciación a lo existente, especializarse en un producto concreto y crear tendencia.

Siendo la hostelería un sector que siempre ha tenido mucho peso en nuestra economía el reto que lo resume todo ha sido el de mantenerse con orgullo en esta posición de privilegio, para lo cual ha tenido que empujar mucho y renovarse continuamente pues su implicación en nuestra sociedad es notable. Desafíos para ello ha habido muchos, pero me gustaría destacar el haber conseguido renovarse y adaptarse a lo largo del tiempo para hacerla más accesible, variada y atractiva a cada generación. Hoy por hoy, es muy difícil que no encuentres lo que busques, que no haya oferta que se adapte a tus gustos o que algo no te siga sorprendiendo. Y todo ello a pesar de nuestra exigencia y es que, ¿a quién no le gusta comer bien?

Durante años, muchas familias y emprendedores han apostado como opción para ganarse la vida la de invertir sus ahorros en el sector hostelero: «tengo un cierto capital y monto un bar». Eso ha cambiado radicalmente, la hostelería es ahora un sector mucho más profesionalizado en donde, como ocurre en cualquier otra industria, no puede dejarse nada al azar y todas las variables deben ser ponderadas. Eso exige planes de negocio exhaustivos que permiten controlar la evolución del negocio en cada momento, entender dónde están sus límites y plantear planes de expansión y crecimiento en franquicias y restauración organizada como nunca antes habíamos tenido.

La hostelería es ahora un sector mucho más profesionalizado
en el que todas las variables deben ser ponderadas

Hoy por hoy la competencia es abrumadora por lo que el éxito, además de cimentarse en un plan de negocio que controle cuidadosamente los números, requiere de prestar mucha atención a la diferenciación entre nuestro negocio y el de los demás. Y encontrada esa diferenciación que nos haga ser más atractivos que otros, surge la necesidad de comunicarlo al exterior con una imagen impecable y que enamore nuestros sentidos. Si no eres visible en RR.SS. o en página web, si no generas contenidos regularmente, no eres tendencia. Además, en la búsqueda de esa diferenciación, el hostelero se ha volcado mucho más en explotar todo el potencial de su negocio requiriendo para ello soluciones cada vez más y más a medida no ya solo en los equipos que adquiere sino en conocer, dominar y mejorar el know-how de su proceso productivo.

En definitiva, el futuro pasa por seguir acercando de manera innovadora la hostelería al comensal, pero a la vez mantener la identidad sin caer en ser una simple opción más es seguramente el mayor reto de todos. El sector lleva varios años ampliando cada vez más su oferta y sirviéndose de plataformas como los centros comerciales o grandes superficies para posicionarla en nuestro día a día, pero comienza a despuntar la necesidad de llevártela allí donde estés sea tu oficina, tu casa o donde quieras. Por ahí, el mercado tiene una capacidad de crecimiento enorme y un futuro asegurado y eso, para nosotros los fabricantes, supone tener que seguir aumentado nuestra capacidad de adaptarnos a las necesidades del hostelero.